A veces todo fluye, las ideas vienen solas, mi cabeza hierve llena de proyectos nuevos, mi "libreta de las ideas" se llena de garabatos, anotaciones, apuntes, flechitas y cosas que tan sólo entiendo yo, todas listas y preparadas para transformarse en un nuevo trabajo.. y a veces necesito buscar otro camino, necesito provocar la situación, en definitiva, a veces tengo que abrir una pequeña puerta.
La puerta puede tener muchas formas, aunque la cerradura es una buena opcion y una de las puertas favoritas para mis ideas, no tiene que ser demasiado grande, las ideas son elásticas, se comprimen, se estiran, hacen lo que sea con tal de escapar y decir "aquí estoy yo!", y es que a las ideas les cuesta mucho trabajo quedarse quietecitas, y si les abres una puerta hacen lo que sea para salir.
Las ideas pueden tener muchas formas, nunca sabes como serán, pueden ser grandes, pequeñas, complicadas, las ideas pueden ser super atractivas! o raras a los ojos de los demás, ¿acaso nunca habéis visto una idea en forma de conejo?.
Eso sí, cuando una idea comienza a asomarse tímidamente por la puerta todo empieza a fluir y a tener sentido, y uno empieza a construir y adornar alrededor de ésta, a construir una historia.
Quizás aquel que contemple el trabajo terminado nunca conozca la historia que hay detrás de éste, pero no importa, si la idea era buena, la obra tendrá espíritu, o como mínimo captará la atención del observador, obligándolo a intentar descifrar el mensaje oculto detras de capas y más capas de pintura.
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"Te he estado esperando"
oleo sobre madera
2014
